Clásico de la literatura latinoamericana, reúne relatos inspirados en la selva misionera, donde animales y hombres conviven en un entorno lleno de belleza y peligro. Con un estilo sencillo y cautivador, Quiroga transmite enseñanzas morales y un profundo amor por la naturaleza, en cuentos que han marcado a generaciones de lectores jóvenes.