Publicado en 1919, este libro de Sherwood Anderson no es una novela lineal, sino una colección de relatos interconectados que giran en torno a la vida de los habitantes de un pequeño pueblo ficticio del Medio Oeste estadounidense. A través de una prosa sobria e intimista, Anderson retrata la soledad, los deseos reprimidos y la frustración de personajes comunes, revelando la complejidad de la vida rural americana de principios del siglo XX. La obra influyó profundamente en autores posteriores como Hemingway, Faulkner y Steinbeck, convirtiéndose en un hito del modernismo literario norteamericano.